domingo, 10 de diciembre de 2017

(00) RE-Inicio

Han pasado más de 3 años.

A mis casi 28 años aún no sé quién soy, entonces, ¿se puede vivir plenamente sin saber eso, sin tener una identidad?

¿Quién soy? Soy el hijo de…, el padre de…, el vecino de…, el que vive en…, el que trabaja en/de…, el que hace/hizo tal/cual cosa…, alto, bajo, flaco, gordo, blanco, negro, feo, lindo, cuadrado, redondo, bueno, malo, tangible, intangible, ¿soy único? ¿Especial? o ¿uno más del montón?

No todo esta defino por blanco-negro, este-u-otro, la verdad somos una conjunción de infinitas cosas (tanto físicas, como lógicas del ser, como personalidad, valores, deseos, etc.) que nos definen como personas únicas.

Sin embargo, no me considero, ni único, ni especial, ni del montón. Me siento algo así como un iceberg (masa de hielo flotante desprendido de un  glaciar) que va flotando a la deriva en el inmenso mar, sólo, donde solo conozco de mí mismo el 10% (superficie visible del iceberg) y me desconozco, o quizá oculto de mí mismo los otros 90% (parte sumergida, no visible del iceberg) derritiéndose hasta desaparecer sin que nadie lo note.

No obstante, tengo esposa  e hijos que son mi vida, por ellos es que sigo, como un zombie, pero sigo, especialmente por mis dos hermosos hijos, que son mi luz, ellos me motivan a seguir.

Lo hago por ellos.