viernes, 26 de noviembre de 2021

Capítulo 9 – Confesión: Confrontación, parte 3


Era la primera vez que me enfurecia de esa manera, mi fuerza física parecía haber aumentado radicalmente, por un momento me sentí el ser más poderoso del planeta, capaz de hacer lo que sea, estaba estaciado, cegado, pero al verte así desde lo alto, vulnerable, lastimado, ensangrentado y en un claro estado de pánico, me hizo despertar, reaccionar a tiempo.

La roca se había estrellado unos 30 cm más arriba de tu cabeza, descubriste temeroso tu cabeza mirandome con temor, me veia imponente a través de tus cristalinos ojos. En ese momento comprendí que sin quererlo me había liberado de una prisión auto impuesta, y esa prisión eras vos, habías doblegado mi escencia, mi carácter, era esclavo de tu sombra, pero ya no más, era hora de vivir por mi y para mi, ser libre. 

Doy un paso al costado y te tiendo una mano para ayudar a levantarte, a su vez este gesto tenía la intención propiciar un acercamiento a una posible reconciliación, pero en ese instante alguien me agarra desde atras y con fuerza me apartan de vos, era Rubén que había llegado velozmente en conjunto con algunos compañeros luego de haber oir los gritos de Vanesa.

- ¿qué carajos? (exclama Rubén)

Ninguno de los dos mencionó palabra alguna. Ese día terminamos tomando caminos opuestos, sin embargo, tarde o temprano volveríamos a encontrarnos.

A la semana siguiente Ariel y yo nos volvimos a encontrar en el club, pero esta vez era para ayudar con la limpieza del lugar, era nuestro "castigo" por nuestra conducta antideportiva. Interactuamos poco y nada en ese tiempo, Ariel se mostraba frío y distante conmigo, por lo que decidí dejar de intentar tratar con él y seguir adelante. 

Al terminar la semana de castigo fui a la oficina del entrenador a notificar mi decisión de salir del club y del equipo por motivos personales. Comprendí que el fútbol no era lo mio, todo era por Ariel, para estar cerca de él, inconscientemente me terminó gustando todo lo que a él le gustaba. 

El mes de diciembre avanzaba rápido, el 2018 estaba a la vuelta de la esquina, yo trataba de reconectarme conmigo mismo, redescubrirme, me replanteaba todo, mi pasado, presente y futuro. Para empezar y aprovechandome del "anonimato" que brindaba el internet, empecé a buscar información en linea, trataba de encontrar alguien que esté o haya pasado por algo similar, para ver si así podía entender que me estaba pasando. El despertar y descubrimiento de la sexualidad en la adolescencia era uno de los temas que investigaba, y así, una cosa fue llevando a otra y terminé centrandome en páginas homosexuales. Comencé a interactuar cada vez más con gente gay y bisexuales, conocer sus histirias, sus vivencias y sus problemáticas, etc, todo a travez de las diferentes páginas de chats, blogs, articulos, comunidades lgtb, entre otros, y, sorprendentemente, cada vez me iba sintiéndo más identificado con ese mundo.

Era noche de celebración, habia comida, música, luces, fuegos artificiales y personas, personas hablando entre ellas y comiendo toda clase de comida, mi hermanita corría alrededor de la mesa con dos primos de su edad, habían venido varios familiares para celebrar fin de año. Si bien la casa estaba llena de gente yo me sentía solo, me refugiaba en mi telefono, esperando, esperando un mensaje tuyo, al menos uno de felicitaciones, hacía algunas semanas que no te veia ni sabía nada de vos, era como si estuvieramos jugando a las escondidas, te extrañaba, extrañaba estar cerca tuyo, esa complicidad que había entre nosotros.

Minutos después del brindis de año nuevo, apareció Tomás conduciendo su nuevo Ford focus (unos meses atras había conseguido su licencia de conducir) acompañados por Rubén y Mónica. Venían a buscarme ya que habíamos planeado ir a celebrar a un boliche (local bailable) de la ciudad vecina con algunos amigos y compañeros del club. Llegamos primero, entonces esperamos fuera del boliche unos minutos a que llegaran el resto de amigos, estaba expentante, por más que no quisiese, deseaba al menos ver de lejos a Ariel, yo sospechaba que mis amigos habían arreglado esta salida para tratar de hacer que Ariel y yo nos reconciliemos ya que me habían insistido mucho para q vaya con ellos. Finalmente llegaron los últimos, y efectivamente entre ellos estaban Ariel y su novia, mi corazón se aceleró de solo verlo, en mi cabeza ya había simulado cientos de "encuentros casuales" diferentes con él, pero al momento de saludarnos y felicitarnos entre todos él pasó de mi, me ignoró, hizo como si yo no existiera, me sentí algo mal por eso, no pude evitarlo, Mónica trataría de animarme, pero no tendría mucho éxito. 

Ya dentro del boliche Ariel y Vanesa se separaron del grupo y ocasionalmente reaparecían unos minutos, compartían con el grupo y otra vez volvían a desaparecer. Yo empecé a hacer lo mismo, me desaparecía en la barra de bebidas, tomaba y tomaba. En una ocasión Mónica aparece ante mí muy decidida a sacarme de la barra y llevarme a la pista de baile, no me quedó otra más que aceptar, y al bajar del asiento me sentí algo mareado, parecía que el suelo se deslizaba ocasionalmente hacia los lados, Mónica me tendió la mano y fuimos hasta el centro de la pista, la musica alta, las rápidas sucesiones parpadeantes de luces, más todo el alcohol que había ingerido hacían que mi cabeza diera aún más vueltas. Estabamos terminando de bailar nuestro primer tema, yo no aguntaba más, cerraba los ojos pero aún así sentía que mi cabeza y tímpanos iban a explotar en cualquier momento, entonces me acerco al oido de Mónica y le digo.

- ¡Moni! tengo que salir de acá, ir al baño, afuera, donde sea, no aguanto más!

- ¿qué? (me gritó Mónica al oido, no había oído nada de lo que le habia dicho, a la vez que empezaba a sonar una melodía lenta, un tema romántico, de esos que se bailan abrazados)

- debo ir al baño (dije agobiado casi sin pensar)

- no por favor, una canción más (decía ella emocionada) está empezando mi canción favorita, ¡por favor...!

Ella me miraba con sus ojitos lleno de ilusion, las luces parpadeantes, al igual que la música habían bajado su intensidad, por lo que los mareos y dolor de cabeza habían disminuido, entonces, acepté.

- solo ésta música, después me voy (le aclaré y siendo caballero extendí mis manos adoptando la posición característica de ese género musical)

Ella se abalanzó sumamente feliz a mis brazos, la tomo de la cintura alta, juntamos nuestros cuepos a escasos centímetros de distancia, ella pone su mano libre detras de mi hombro casi abrazandome y empezanos a bailar lento, pegados, ella pone su cabeza sobre mi pecho, cierro los ojos un momento, disfrutando la última pieza antes de retirarme cuando de pronto siento un agradable aroma que automáticamente lo asocio con Ariel. Abro los ojos y ahi estaba él, abrazandome, curvado apoyando su cabeza en mi pecho, oyendo mi corazón acelerarse una vez más aquella noche, confundido tomo a Ariel de los hombros y lo aparto un poco. "¿qué ha pasado?" me cuestiono a mi mismo.

- que ritmo tan particular tiene tu corazón (me decías mirandome a los ojos con una leve sonrisa mientras ponías tu mano en mi pecho para continuar sintiéndo mi corazon).

"¿Cómo es posible?" sigo cuestionandome "su apariencia, su voz" extiendo mi mano para tocar tu rostro, y si, efectivamente eras vos, tu piel, calor, tu olor. No podía creerlo, la emoción me invadía, estaba tan feliz que sin dudarlo un segundo más, te abracé, te abrazaba tan fuerte que no quería soltarte nunca más, nuestro alrededor dejó de existir, solo eramos vos y yo, perdidos el uno en el otro.

- Santiago... ¡me estas apretando muy fuerte! (decía Ariel con algo de incomodidad)

- perdoname (dije soltandolo) es que no puedo creerlo, no creí que fuera posible tenerte así, sólo para mi (continué mientras te acariciaba la mejilla, tu nuca, tus labios)

- ¡que dices tonto! siempre estuve ahí para vos (me decias con ti voz sereno y tranquilo a la vez que jugabas y acomodabas los cabellos de mi frente) por más que vos no me veías, yo siempre te estaba observado.

- hay algo que he querido hacer desde hace mucho tiempo (le dije mientras acariciaba y miraba sus carnosos labios con deseo).

- hazlo

Llevé mi mano por detrás de tu oreja, me acerqué a vos con una mezcla de deseo y miedo, no soportaría un segundo rechazo de tu parte, pero a la vez no podia contenerme, lo deseaba tanto, te tenía ahí a escasos centímetros, hasta que finalmente nuestros labios se unen en un tierno y tímido beso, el cuál rápidamente se transformó en uno fogoso y apasionado, abrazandonos como si no hubiera mañana, frotando nuestra cintura pélvica el uno contra el otro. Yo estaba muy emocionado, mi pene estaba tan duro como una piedra, me excitaba mucho tenerte en mis brazos, sentir tu calor, tu piel, tu respiración, las fibras musculosas de tu cuerpo, era una sensación única, indescriptible, pero a la vez rara, algo no andaba bién, algo me molestaba, entonces suavemente me aparto de Ariel separando nuestros labios, la música de fondo comenzó a ser audible nuevamente al igual que las personas a nuestro alrededor se hacian visible.

- ¡espera, espera! la culpa me está matando, te debo una disculpa (le digo seriamente bajando la mirada para un costado) no debí hacer eso (suspiré)

- ¡nooo tranquilo! (me dices levantandome la cabeza con tu mano) no tienes por que disculparte, lo deseaba tanto como vos (y vuelve a besarme).

- esto es increíble Ariel, pero hablaba de lo que pasó aquella tarde.

- ¡que... no entiendo! ¿de que hablas? (me dice él confundido)

- ya sabes, eso, tu casa, vos y yo, no debí forzarte, disculpame, no pude contenerme, aún así, no debí hacerlo, lo siento.

- pero... ¿qué estas diciendo? (me interrumpe Mónica desconcertada)

Un escalofrio recorre mi cuerpo, a quién tenía en brazos no era Ariel, sino Mónica, otra vez, otra vez había mezclado la realidad con la fantasía ¿por qué?. Ella me miraba confunsa, como si tratara de descifrar algo en mi, en mi cara, en mi ser, abrió la boca tratando de decir algo pero no salió nada, quiza se contuvo, o no pudo. La pista de baile se llenaba nuevamente, sonaba un tema brasileño, me empujaste separandonos completamente, el pánico invadió mi ser.

- no entiendo Santiago ¿por qué me besas y luego me dices esas cosas (me reclama Mónica soltando algunas lagrimas, las cuales se limpia rápido tratando de mantener la compostura) ¡a ver, explícame!

- Mónica, yo... (tragué saliva y agache nuevamente la cabeza, no había explicación, callé)

- ya veo (prosiguió ella dolida y decepcionada) ¿Ariel y vos? (suspira, da media vuelta y desaparece entre la multitud)

Sentia un nudo en el pecho, perdido en el tiempo y el espacio, con miedo ¿que pasaría a partir de ahora? Mónica sabe algo ¿se lo dirá a su hermano? ¿al grupo? Ariel y su novia ¿qué pasará con ellos? Ya veía como los ojos acusadores de mi alrededor me incriminaban, sus dedos apuntaban apuntaban contra mí condenandome, desesperado comencé a buscar la salida, necesitaba aire, respirar, caminaba pesadamente, tambaleándome de persona en persona entre la multitud hasta que diviso una puerta y voy a ella transpasandola, era el baño de hombres, no importaba, podría refugiarme igualmente en uno de los cubículos. 

Habían pocas personas dentro, la musica se oía considerablemente más lento por fortuna, me apresuro hacía un cubículo el cual tenía la puerta abierta cuando de pronto un hombre sale de dentro, y yo que iba acelerado no tuve tiempo de frenar y me estrellé de lleno contra ese sujeto, la inercia del impacto me hizo retroceder y caer de cola al piso humedo.

"la concha de tu hermana ¡fijate por donde vas, pelotudo!" escucho que grita el hombre, la cabeza me dolía, en especial la nariz, lo sentía caliente, hinchado. Levante la vista para ver quién me insultaba y, de todas las personas que estaban en el boliche, justo tenía que ser él, Ariel.

- ¡en serio Santiago! (me reclamaba indignado)

Rápidamente noto como la mano que cubría mi nariz comenzaba a humedecerse, era sangre, al parecer estaba perdiendo ese fluido, Ariel seguía quejandose.

- ¿vos de nuevo? ¿por qué? ¿por qué sigues atormentarme? ¡dejame en paz! estoy harto de vos, te veo hasta en la sopa ¡desaparece de una buena vez! (suplicaba Ariel con la voz quebrada, casi al punto del llanto)

- hey amigo, ¡tranquilo! fue un accidente (dice un joven de aproximadamente 25 años que se acercaba desde la zona del lavado quitandose la camisa y la remera) ¡déjame ver, soy medico, quita la mano por favor! (me decía mientras se agachaba a examinar mi rostro limpiandome con su remera blanca)

- ¿y vos quién te crees que sos? ¿su novio? no te metas (le decía con desprecio al joven) cuidado con ese, es un degenerado, se hace tu amigo para despues tocarte, forzarte (me desadiaba) ¡vamos niegalo! ¿lo tenías todo bién planeado no? ¡hijo de puta!

El joven que me examinaba permaneció callado continuando con su labor, no cedía a la provocación de Ariel, los demás no decían nada ni se acercaban, no terminaban de entender que es lo que estaba pasando pero aun así estaban expectantes al show.

- no digas eso, dejame explicarte (le suplicaba mientras me levantaba apartando al joven y llorando lágrimas de sangre, lágrimas que se mezclaban con mi sangre caian al piso manchandolo todo) no me castigues asi, por favor Ariel Perdóname, yo no queria...

- ¿entonces por que lo hiciste? ¿por qué...? (decia dejándose caer al suelo de rodillas) ¿qué te hice para que me hicieras eso? ¡arruinaste mi vida! acaso ¿me odias?

- lo siento (le decía mientras me arrodillaba también frente suyo y le agarré una de sus manos) la verdad es que te amo, siempre te he amado, en secreto, ni siquiera yo lo sabía, y reprimir esos sentimientos tanto tiempo hicieron que... aquel dia, yo... perdón

Ariel me miraba sin decir palabra, todos en el baño quedaron sorprendidos, expectantes, en silencio, de pronto entra alguien al baño cortando bruscamente el hambiente. Ariel aleja su mano de mi y se levanta con la mirada triste.

- tienes una extraña forma de amar (me dice resignado Ariel mirandome desde arriba) no puedo perdonarte, yo si te odio... ¡violador! (y se encaminó hacía la puerta y antes de salir dijo) ¡Ojalá todos los putos desaparecieran de este mundo!


continuará...




Pd. Disculpen la posibles y seguras faltas de ortografía, no tengo computadora, uso el móvil para todo y no tengo la opción del corrector. Tampoco pude poner imagenes, intentaré poner algunas en los días siguientes